Dios y el ser humano
En el corazón de Dios siempre ha existido el deseo de que nosotros, los seres humanos, seamos sus hijos y no solamente sus criaturas; ese fue su deseo desde la creación. Así es, cuando Dios creó al hombre y a la mujer, era para que fuésemos sus hijos. Sin embargo, debido a que el pecado entró en el mundo a causa de la desobediencia, ahora los seres humanos sin Dios se encuentran sujetos al pecado, sujetos a la muerte e imposibilitados de ser verdaderos hijos de Dios.
El pecado, deja a las personas padeciendo dolorosos problemas, tales como adicciones, depresión, separación familiar, enfermedades, etc. Todo ello genera profundo sufrimiento y no es lo que Dios desea para el ser humano; aunque todo ello no es el verdadero problema, el verdadero problema es la muerte espiritual que acompaña a la humanidad. El ser humano se ha hecho a sí mismo un enemigo de Dios, pero aún así, Dios está dispuesto a restaurarnos, a regresarnos a su plan original.
Nuestro Dios hoy, nos está llamando, porque nos ama, tanto es así, que estuvo dispuesto a entregar a su Hijo para padecer una cruenta muerte, a fin de rescatarnos del pecado y de la muerte; y de esa forma dar a la humanidad otra oportunidad, para ofrecer otra vez la opción de convertirnos en hijos de Dios. Sólo tenemos que creer en Jesús, como el salvador enviado de Dios y Él nos restaurará para que vivamos una vida digna ahora y una vida gloriosa en su retorno.
Pero, a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. (Juan 1:12 NTV)
Le invitamos a que nos contacte, le ayudaremos a encontrar una congregación cerca de su residencia, donde el pastor y la comunidad de creyentes le recibirán y le guiarán para reconciliarse con Dios, para poder convertirse en un hijo suyo y vivir el presente con la firme convicción de que el futuro ya está resuelto de acuerdo a las promesas de Dios para sus hijos.